
Conservas Angelachu
Angelachu es mucho más que una conservera: es un legado familiar nacido en Santoña, donde el salazón, el sobado a mano y el aceite de oliva se unen para capturar el alma del Cantábrico. Desde la abuela Josefa “Angelachu” hasta hoy, elaboramos anchoas, bonito, bocartes y otras joyas del mar con esmero artesanal, cuidando cada fase del proceso y respetando los sabores auténticos.
Cada lata es un homenaje al producto puro, a la artesanía que no se rinde ante la inmediatez, y al origen que sabe a mar. Aquí lo tradicional no envejece: se vuelve exquisitez.

Las manos que dieron sabor a un nombre
Josefa Angela García, “Angelachu”, comenzó en Santoña siendo muy joven, trabajando como sobadora, fileteadora y empacadora de anchoas. A lo largo de los años, con su marido y con los hijos, fue forjando un obrador donde lo artesanal era ley. En los veranos, los nietos escuchaban historias mientras observaban cómo se abrían barriles de salazón, cómo se lavaban los filetes, cómo se empaquetaban las anchoas con paciencia y detalle.
Ese legado familiar, de olfacto, de tacto, de tiempo lento, hoy es lo que perdura en Conservas Angelachu. No solo hacemos conservas, hacemos memoria, hacemos identidad: anchoas verdaderas hechas a mano, como siempre

