
La catedral de navarra
En el corazón del valle del Ebro, donde la tierra fértil y el clima extremo forjan verduras con carácter, nace una marca comprometida con la autenticidad: La Catedral de Navarra.
Fruto de la apuesta de la familia Sainz, con más de 70 años de experiencia en el sector, la marca representa la unión entre tradición, investigación y respeto por lo natural. Cada conserva nace del campo y se elabora de inmediato, preservando intactos el sabor, la textura y la verdad de las verduras recién cosechadas.
Desde el cultivo hasta el diseño final, todo está pensado para satisfacer al paladar más exigente, con productos que son un homenaje a la tierra navarra y a su gente.

Petra López: el origen de una tradición que honra el sabor de Navarra
Durante la Guerra Civil Española, en Mendavia, Petra López —abuela del actual propietario de La Catedral de Navarra— comenzó a conservar vegetales con sus propias manos. Usaba estaño para cerrar botes llenos de espárragos, pimientos, alcachofas y tomates recogidos en su huerta, y también preparaba conservas para vecinos del pueblo.
En una época difícil, donde el alimento escaseaba y el ingenio era vital, Petra no solo alimentaba, sino que preservaba el alma de la tierra navarra. Su pequeño taller familiar se convirtió en la semilla de una marca que, décadas después, sigue fiel a esa herencia.
Desde entonces, la familia ha perfeccionado el arte de conservar, respetando la temporada y trabajando solo con las mejores materias primas. Cada frasco de La Catedral de Navarra es más que un producto: es una historia de esfuerzo, autenticidad y profundo amor por la huerta navarra.

